La industria alimentaria y de bebidas se enfrenta a varios retos socioeconómicos importantes como la escasez de recursos (agua, energía) o la gestión del desperdicio alimentario. El mercado exige aumentar la rentabilidad con menos recursos y hacerlo más rápido. En algunos mercados maduros, las posibilidades de crecimiento se limitan a la capacidad de las empresas de incrementar su cuota de marcado respecto a la competencia, bien sea ofreciendo productos a menores costes o productos de valor añadido.

Ante esta coyuntura, la presión para reducir costes operativos es elevada. Algunas compañías optan por trasladar la presión a sus proveedores. Pero entrar en una guerra de precios tiene sus riesgos, pues la capacidad de reducir costes es limitada y a largo plazo puede tener efectos en la calidad de los productos que se venden -incluso en términos de seguridad alimentaria- y limitar la capacidad de invertir en innovaciones que a largo plazo nos permitirían ofrecer productos de mayor valor añadido.

¿Podemos optimizar costes sin afectar la calidad de nuestros productos?

En el caso de recursos como el agua y la energía, la respuesta es sí si disponemos de la información necesaria de nuestros procesos productivos, contamos con los indicadores clave de rendimiento adecuados y podemos transformar esta información en medidas aplicables que reducen los costes operativos.

En esta jornada presentaremos una serie de herramientas configuradas para la obtención y análisis de datos que, correctamente vinculados con los datos de producción, facilitarán la toma de decisiones sobre las inversiones y soluciones técnicas orientadas al incremento del rendimiento de su planta.